La alimentación adecuada varía según la etapa de entrenamiento, desde una base con carbohidratos complejos y proteínas al inicio, hasta un aumento de calorías y proteínas en fases intensas, y una dieta controlada en calorías en la fase de definición. Es fundamental ajustar la ingesta para optimizar el rendimiento, recuperación y evitar lesiones.
La alimentación es clave para rendir y recuperarse bien en cada paso del entrenamiento. A medida que avanzamos en el programa, nuestras necesidades cambian para dar mejores resultados y evitar lesiones.
Al empezar a entrenar:
Lo primero es crear una base sólida. Comer carbohidratos complejos como avena, arroz integral y verduras nos da la energía para las sesiones. También hay que cuidar las proteínas, con pollo, pescado o legumbres, para que los músculos se adapten y no haya lesiones.
Cuando intensificamos:
Con más peso y repeticiones, el cuerpo pide más calorías y proteínas. Hay que aumentar las proteínas para que los músculos se reparen bien y sumar grasas saludables, como aguacate, nueces y aceite de oliva, para tener energía de forma sostenida. Beber agua es fundamental para mantener el rendimiento y evitar el cansancio.
En la fase de definición o pérdida de grasa:
Aquí buscamos un déficit calórico controlado, comiendo alimentos ricos en nutrientes y bajos en calorías vacías. La proteína sigue siendo importante para no perder músculo, y hay que reducir azúcares refinados y grasas saturadas.
Además, mantenerse bien hidratado y consumir micronutrientes ayuda a recuperarse y sentirse mejor.
Cada etapa del entrenamiento requiere ajustes en la alimentación para aprovechar al máximo los beneficios y evitar riesgos. Lo ideal es consultar con un experto en nutrición deportiva para tener un plan a medida que acompañe cada fase.
Autor: administrador
30 de Mayo de 2025